viernes, 23 de diciembre de 2011

Sigo

.
.
Este corazón que se arruga
de tanto soñar despierto
y mis manos que no dejan de sentir
la tersa suavidad de la vida
¿Acaso espero lo que sueño?
¡No!.
Ya no hay sueños, ya no hay vida
solo queda el latir pausado
de las penas y de las melancolías.
Pero sigo soñando
que puedo dar el amor
que en lo profundo de mi corazón gastado
grita, y clama por ser amado
aunque ya no importa en su agonizar lento
porque los versos
siempre han hecho daño

No hay comentarios:

Publicar un comentario