viernes, 23 de diciembre de 2011

Bendita vida... la mía

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Mientras ayer caminaba por la orilla del parque... allí al lado del río
en un rincón vi un pajarillo,
era menudo muy pequeñito
era como son los cachorros de niño
estaba acurrucado debajo de unas hojas
tenía hambre tenía sueño tenia frío
quería aprender a volar y se calló de su nido.

¡Bendita vida la mía!

Lo cogí en mis manos le protegí del frío
lo acuné con amor y con mucho cariño
él me picoteó los dedos queriendo huir de mis manos
es que ¿quién era yo para él?... solo un desconocido.

¡Bendita vida la mía!

Pero a poco de tiempo se acurrucó dormido
lo puse en mi corazón... ese sería ahora su nido
cuando despertó vió que era yo su amigo
y a lo largo del camino me abrió su corazón
y me miró... como miran los niños.

¡Bendita vida la mía!

Me dijo que era el mayor de todos sus hermanos
pero que siempre estaba solo porque no tenía amigos
ahora yo estaría siempre en su corazón. - me dijo. -
ahora... ahora yo era su amigo.

¡Bendita vida la mía!

Y caminamos juntos algún trecho del camino
y me besó el corazón y me sentí como un niño
“te voy a enseñar a volar”. - le dije . -"para que cruces el cielo
te voy a enseñar a querer como es el amor primero”.

¡Bendita vida la mía!

Y le abrí mi corazón y le enseñé de la vida
y mientras el volaba y volaba a veces se caía
y cuando en el suelo estaba de allí me suplicaba
que lo cogiera en mis manos y sanara sus heridas.

¡Bendita vida la mia!

Le dejé libre volar para que decidiera su vida
y siempre que tenía penas siempre a mí volvía
y me decía te quiero porque tu eres mi vida
y me decía te amo me enseñaste de la vida.

¡Bendita vida la mía!

Pero siempre volaba más lejos ya casi no lo veía
subía a lo más alto y cogía rasante el camino
a veces yo le hablaba pero él ... pero él
o no escuchaba o no entendía.

¡Maldita vida la mía!

Luego la indiferencia esa nació en su vida
esa que hace daño la de una sola herida
y le vi alejarse de a poco y volver cuando quería
le habla enseñado a ser libre, le había enseñado de la vida.

¡Maldita vida la mía!

El se vió crecer, sus alas ya desplegaba
sus plumas eran brillantes como un águila dorada
y dejé de ser para él ese al que él amaba.
solo era un caminante.., para él ya no era nada.

¡Maldita vida la mía!

Hoy... hoy caminé por el parque... allí por la orilla del río
y me sentí contento, ese siempre era... mi camino
sé que estará volando allí en lo alto del cielo
sé que de lejos me mira y me lanza algún “te quiero”.

!Bendita vida la mía!

Es que me gusta soñar
me gusta saberme querido no importa si después vuelan lejos
no importa si después viene olvido
¿para qué entonces están los pajarillas heridos...
si no es para acunarlos cuando tienen hambre
cuando tienen sueño... o simplemente ..frío?.

¡Bendita vida la mía!

Hoy... hoy he vuelto a mi parque
y allí... en la orilla del río
había un pajarillo
tenía hambre tenía sueño tenía....

¡Bendita vida... la mía!

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