domingo, 6 de mayo de 2012

Solo un fragmento del dolor


El Pan Negro


Os habéis adentrado en un desierto
armados hasta los dientes,
con dardos impregnados del veneno de la maldad,
espadas con el filo de las calumnias,
flechas lanzadas con la fuerza
que produce la tensa cuerda de la soberbia,
disparos cargados con la certeza del odio,
vuestros pies calzados con las botas del orgullo,
y vuestras alforjas,
llenas del pan con que os alimentáis
mientras os adentráis en este desierto.

Pan amasado en la oscuridad de noches de tormentas,
cubiertas de negras nubes,
de las que habéis cogido la negra harina de los celos,
y mientras vertéis en ella la sal de la avaricia,
os regocijáis de vuestro inminente triunfo
dejando la masa fermentar después de vaciar en ella,
toda la levadura de vuestro cinismo,
y pedís ayuda por todos lados,
para calentar el horno que habéis encendido,
y después de cocido,
arrancando de mi corazón la harina
blanca de mi  inocencia,
cubrís ese negro pan con ella,
y lo enseñáis al mundo como si vuestros corazones
fueran los más puros,
y enseñáis al mundo,
el amargo  ajenjo que bebéis,
como si fuese agua refrescante y cristalina,
y el mundo os aplaude reflejándose en vosotros,
y alzando las manos todos al unísono decís:
¡”Que buenos somos”!. 


Pero la vida hace que siempre salga la verdad,
tal como después de una noche negra y profunda,
así como va amaneciendo  poco a poco,
tal como aclara el día,
así va saliendo la verdad,
solo hay que estar despierta
y esperar que salga el Sol,
ese mismo Sol  que acaricia con sus rayos los corazones oprimidos,
es el mismo que se convierte en fuego abrasador que derrite la soberbia,
solo que a veces parece que tarda tanto en amanecer.

Y tú, si tan ciega eres, justicia, como dicen por ahí,
¿Por qué entonces no usas tus manos
para arrullar mi corazón,
y esperar tranquilo que amanezca el día,
y levantarme y salir al balcón de la vida y respirar,
respirar, respirar....?

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